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viernes, 29 de agosto de 2014

Robert Owen y el Socialismo utópico.

 




        Hijo de un artesano galés, autodidacta y empresario en la industria textil de algodón, Robert Owen, junto con unos socios, compró en 1799 la fábrica textil de New Lanark (Escocia).
     Conmovido por las consecuencias sociales de la introducción del capitalismo durante la primera revolución industrial, buscó la forma de promover una sociedad mejor desde su posición como empresario. Su gestión fue un experimento innovador, pues consiguió que la empresa arrojara beneficios introduciendo mejoras sustanciales para los trabajadores: elevó los salarios, sentó las bases de una seguridad social mutualista y proporcionó a los obreros condiciones dignas de vivienda, sanidad y educación. Este último fue para él el objetivo esencial, pues consideraba que una educación liberal y solidaria sería el mejor instrumento para acabar con la delincuencia y poner las bases para un futuro de justicia e igualdad.
       Owen fue un pionero del socialismo, inspirado aún por la fe de los pensadores ilustrados del siglo XVIII en el progreso humano y en la posibilidad de reformar gradualmente la sociedad mediante la razón, el convencimiento y la educación. Marx y Engels le clasificarían más tarde entre los socialistas que llamaron utópicos (en su época se cosideró un comunista utópico), ya que se esforzaban por diseñar una sociedad futura ideal (como la Utopía de Tomás Moro), confiando en que bastaría el ejemplo de unas pocas comunidades ideales de este tipo para convencer a la humanidad de sus ventajas y extender así el modelo de forma pacífica; al mismo tiempo, el término sugería que estos primeros socialistas europeos sostuvieron ideales quiméricos al soñar ingenuamente que podría pasarse al socialismo sin pasar por una revolución.

 


       

        La fama de Owen se extendió por Gran Bretaña y éste aprovechó su notoriedad para plasmar sus ideas en conferencias y libros, en los que fue desarrollando un ideal de socialismo gradualista y cooperativo, muchas de cuyas propuestas inspirarían a socialistas posteriores (incluido el propio Marx); entre las obras de Owen cabe destacar Una nueva visión de la sociedad (1813) y el Informe al Condado de Lanark (1821).
     Sin embargo, sus socios capitalistas en New Lanark desaprobaron una gestión tan generosa hacia los obreros y le desplazaron de la dirección. En el futuro, Owen pasaría a confiar más en la acción del Estado como impulsor de las reformas sociales necesarias que las clases acomodadas no iban a adoptar por iniciativa propia, al tiempo que criticaba la idea misma de una economía competitiva. En 1825-28 volvió a intentar poner en práctica sus principios en una nueva comunidad modélica llamada New Harmony (Indiana, Estados Unidos); pero la empresa fracasó, en parte porque los trabajadores  se habían acomodado, y se llevó la fortuna personal de Owen. 



     
       De vuelta a Inglaterra, pasó a ser un activista del incipiente movimiento obrero: fundó una «Bolsa de cambio equitativo de trabajo», con la que esperaba desterrar el dinero, el beneficio y la explotación del trabajo obrero; participó activamente en el movimiento de los cartistas, que reivindicaban pacíficamente la introducción de reformas democráticas en el sistema político británico; y en 1833 se puso a la cabeza de la primera central sindical británica de ámbito nacional (el Grand National Consolidated Trade Union), que llegó a tener medio millón de afiliados.
Fracasados todos aquellos empeños, una nueva era de las luchas sociales iría dejando atrás sus ideales; todavía apoyó una nueva comunidad owenista en Harmony Hall (Hampshire, Inglaterra, 1839-45), editó un periódico de propaganda socialista (El Nuevo Mundo Moral, 1834-46) y escribió algunos textos tardíos de tendencia más espiritualista.

martes, 26 de agosto de 2014

El movimiento ludita

     El ludismo fue un movimiento social que se desarrolló básicamente en Inglaterra entre los años 1800 y 1830 y que fue movitado por la entrada de maquinaria en la industria (primero en la textil y luego se extendió a la agrícola) y por los despidos, el paro y las malas condiciones laborales de los trabajadores (sueldos bajos, riesgo para la salud y horarios agotadores), pero también por la quiebra de las empresas dedicadas a la manufacturación y un trabajo más artesano y tradicional. Los luditas exigían la retirada de la nueva maquinaria y, si tras la fecha señalada, los empresarios no las habían retirado, procedían a quemarlas.

   La etimología de la palabra ludismo viene del Capitán Ludd, un personaje ficiticio al que convirtieron en su líder y con cuyo nombre firmaban las cartas intimidatorias contra los patrones.




   

domingo, 24 de agosto de 2014

El cartismo o La carta del pueblo

             El cartismo fue un movimiento popular que surgió en Reino Unido desde 1838 hasta 1848 y que expresaba la agitación de la clase obrera, debido a los cambios derivados de la Revolución Industrial, la coyuntura económica y a leyes promulgadas por el Parlamento. Al igual que el ludismo, el cartismo fue un movimiento propio de la primera etapa del movimiento obrero pero, a diferencia de aquel, tuvo una índole esencialmente política. Obtuvo su nombre de la Carta del Pueblo (People's Charter), un documento escrito el 7 de junio de 1837 en el British Coffee House de Londres, que fue enviado al Parlamento del Reino Unido en 1838, señalando las seis peticiones del movimiento:

-Sufragio universal masculino (a los hombres mayores de 21 años, cuerdos y sin antecedentes penales).
-Voto secreto.
-Sueldo anual para los diputados a fin de que posibilitase a los trabajadores el ejercicio de la política.
-Elecciones anunales al Parlamento que, aunque pudiera generar inestabilidad, evitaría el soborno.
-La participación de los obreros en el Parlamento mediante la abolición del requisito de propiedad para asistir al mismo.
-Establecimiento de circunscripciones iguales que asegurarsen la misma representación al mismo número de votantes.

           Los defensores del cartismo pensaban que, cuando los trabajadores alcanzasen el poder político, podrían adecuar las leyes a sus intereses de clase. La duración de este movimiento abarcó una década, entre 1838 y 1848, aunque las reuniones del movimientos continuaron hasta 1852. Se manifestó en tres oleadas: en 1838, 1842 y 1848.
          


Aunque el cartismo como movimiento no logró sus peticiones, tampoco fue un fracaso. Se trató de una experiencia importante para la clase obrera que, a partir de este momento, empezaró a exigir mejores condiciones laborales, consciente del destacado rol que ocupaban dentro de la sociedad, y que comenzó a apoyarse en las clases medias, ya que después de esta experiencia se dieron cuenta de que no podrían conseguir las reformas políticas necesarias para democratizar el sistema inglés sin su apoyo. Con el tiempo, cinco de las reivindicaciones cartistas fueron incorporadas a la vida política británica, excepto las elecciones anuales al Parlamento.

jueves, 14 de agosto de 2014

Encuesta


       ¿Pensáis que son necesarias las escenas de sexo para que haya tensión sexual o esta puede darse en diálogos y actitudes? ¿Creéis que está lograda la química entre Sarah y John?
       Me gustaría conocer vuestras opiniones, espero que os animéis. Gracias.