Si hay una escritora en el panorama nacional ante la que me quito el sombrero (y no el de la señorita Whittemore) es Elena Bargues. Y si hay algo que da calidad a la novela es la verosimilitud, algo que ella logra en cada frase de su maravillosa escritura. Enamorada de "Tú, como el viento sur", y leyendo ahora su trilogía "El ducado de Anizy", hoy me ha sorprendido con la reseña de mi Adagio que ha colgado en el grupo de facebook "Romántica Adulta Islas Baleares".
Agradecida, la reproduzco:
" «ADAGIO EN PRIMAVERA» de Jane Kelder (Editorial Tombooktu), reseñada por Elena Bargues.
No es la primera novela que leo de Jane Kelder, pero sí la más
completa. No voy a entrar a comentar su estilo, que es impecable
–construye perfectamente las frases, domina el vocabulario-, como ya
sabemos todos los que la hemos leído. No obstante, siempre había echado
algo de menos en sus historias, tan correctas que les faltaba vida.
«Adagio en primavera» es lo que yo llamo una novela «redonda»:
estilo, personajes, trama, todo perfectamente orquestado para
introducirnos en el ambiente victoriano del pueblo de Horston. ¿Qué
tiene de diferente a sus anteriores novelas? Sin dudarlo, sus
personajes: unos personajes bien definidos que despiertan pasiones o
recelos en el lector, diestramente conducidos por la pluma de Jane. Son
muchos los vecinos de Horston, luego ha debido de ser una labor titánica
cuidar cada detalle en la formación de sus perfiles: el alcalde, el
banquero, el hotelero, el vicario; en fin, los vecinos que configuran
una población y también todos los caracteres: el gruñón, el afable, el
apocado, la envidiosa, la cotilla…
En la puesta en escena pone el
mismo cuidado de siempre y nos regala con una bien documentada sociedad
inglesa en la que los acontecimientos históricos, económicos y sociales
del momento, encuentran eco entre sus bien narradas líneas. ¿Y alguna
otra cosa más que no sepamos? Por supuesto, en esta ocasión Jane Kelder
me ha sorprendido con una trama policiaca que me ha envuelto y me ha
obligado a participar en la búsqueda del asesino junto con los vecinos
de Horston. Maneja personajes y pistas como una consumada maestra del
género, añadiendo un ingrediente infalible a esta novela de romance que
la convierte en única y en lo mejor que he leído de Jane Kelder, hasta
el punto de haberme convertido en una lectora asesina. ¿Mi crimen? Un
personaje de ficción que sobrepasa mi paciencia, ja,ja,ja. Espero que
empaticéis conmigo y me socarráis en tan sangrienta labor. Un diez y mis
mejores deseos a una consumada escritora, Jane Kelder."
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miércoles, 28 de octubre de 2015
martes, 27 de octubre de 2015
THE TUBE (o el Metro de Londres)
En Adagio en primavera, cuando
el señor Holstead viaja a Londres en busca de su hijo, queda impresionado ante
el metro de Londres.
Tras la primera Revolución
Industrial, gran parte de la población rural se desplazó hacia las ciudades en
busca de trabajo y mejores condiciones de vida y eso hizo que comenzara una
superpoblación urbana. Las ciudades crecieron y, en concreto, Londres, se
convirtió en una de las más pobladas del mundo. Los problemas de logística,
comunicación y congestión inundaron Londres y su periferia. Ese fue el motivo
por el cual, a mediados del siglo XIX, y aprovechando unas obras en la ciudad,
Charles Preston decidiera apostar por la construcción de accesos subterráneos
al centro de la ciudad.
En 1851, con la celebración de
la Gran Exposición, se materializa el proyecto con la construcción de la
primera línea, conocida como la North Metropolitan Railway. En principio, el
diseño de la red constaba de una especie de cabinas atmosféricas impulsadas por
aire comprimido y por las vías circulaban locomotoras de vapor. La autorización
para su construcción no se logró hasta 1854 y, una serie de retrasos, debido a
problemas financieros y de otra índole, hicieron que no se inaugurara hasta el
10 de enero de 1863. Este día, el metro fue usado por cuarenta mil pasajeros y
la frecuencia de los trenes era de diez minutos.
La primera sección del metro
realizaba inicialmente un trayecto entre Paddington (Bishop’s Bridge) y
Farringdon Street, una estación temporal cerca de la que actualmente se
encuentra en Farringdon.
La técnica utilizada se llamó cut and cover y permitía escavar túneles
en un primer nivel de profundidad. Se excavaba una zanja en todo el recorrido
planeado para la vía y después se cubría el túnel con un techo de vigas de
acero o algún otro tipo de material. No fue hasta el siglo XX donde, con
técnicas más avanzadas, lograron excavarse túneles a mayor profundidad.
La línea fue ampliada en
repetidas ocasiones y, en 1880, ya la usaban hasta cuarenta millones de
pasajeros al año. En 1884 se finalizó la línea conocida actualmente como Circle
Line (Inner Circle por entonces).
El metro, en Londres, enseguida
adoptó el apodo de El tubo, aunque en
realidad, las originales “tuve” eran
las circulares de una sola vía. Sin embargo, el nombre enseguida se extendió a
todo el circuito del metro.
En 1905, la mayoría de las vías
fueron electrificadas y las locomotoras, sustituidas por trenes eléctricos.
Hoy en día, existen 274
estaciones, muchas de ellas han cambiado de nombre y cuarenta han sido
abandonadas o reubicadas a lo largo de sus cuatrocientos ocho kilómetros de
vía, aunque no todas bajo tierra. Algunas han desaparecido y otras están casi
intactas y el transporte underground
transporta más de tres millones de pasajeros diarios.
domingo, 25 de octubre de 2015
Primera reseña de Adagio en primavera
¡Hola, gente! Os dejo la primera reseña que he encontrado de Adagio en primavera, en el grupo de facebook "Mi rincón de lectura". No es la primera vez que Natalia Martín Hernández me lee, ni que me reseña, pero os aseguro que sus palabras me han sentado como agua de mayo.
Aquí os la dejo:
" Buenas tardes, hoy me gustaría compartir con vosotros mi reseña de Adagio en primavera de Jane Kelder.
SINOPSIS:
En el pintoresco pueblo de Horston la muerte de la nueva mujer del alcalde perturba el sosiego cotidiano y desvela viejos secretos de sus habitantes, mezclados con las eternas pasiones del amor, la venganza y la ambición.
En 1866, un idílico pueblo del sur inglés verá perturbada su tranquilidad tras el asesinato de la mujer del alcalde. Ese hecho coincide con el derrumbe de las acciones del ferrocarril y varias familias se esforzarán en ocultar su situación económica al resto de vecinos.
En este ambiente turbio y en el que todo el mundo sospecha de todo el mundo, Dankworth se enamora de Elizabeth Holstead, la hija de un hombre que le debe mucho dinero. Pero esa misma deuda hará que ella lo aborrezca y lo vea como un enemigo.
Mientras, el subinspector encargado de investigar el asesinato nos presentará uno a uno a los sospechosos del crimen e iremos conociendo mejor a los habitantes de un pueblo que, hasta ahora, había vivido tranquilo y orgulloso del coro que dirige el coadjutor de la vicaría.
¿Podrá el amor triunfar entre tantas sospechas y comentarios perniciosos?
OPINIÓN PERSONAL:
De nuevo os presento un libro de Jane Kelder y nuevamente estoy encantada, ésta es la tercera novela victoriana publicada de la autora, todas son distintas entre sí, tanto en el contexto histórico específico, en los personajes, en los lugares en los que se desarrollan y lo más importante en las historias de amor. Sin lugar a dudas Jane está abriéndose camino en el mundo de las letras, no lo tiene fácil porque su literatura no es comercial aunque está bellamente escrita, entretiene, divierte y además tiene una ambientación histórica muy detallista y magníficamente integrada, yo confío en su pluma y en nosotros los lectores que haremos de ella una escritora conocida.
Adagio de primavera nos traslada a un pueblo inglés y allí encontraremos todos los tópicos y típicos personajes que esperamos encontrar, escandalizados y revolucionados por un asesinato y por el derrumbe de las acciones del ferrocarril. A través de ágiles y cuidados diálogos vamos conociendo a todos los habitantes quién más y quién menos guarda sus secretos, todos y ninguno son sospechosos para el lector y para el investigador del caso. ¿Cómo podría definirlo? Imaginad que Miss Marple hace un viaje en el tiempo y se traslada a un libro de Jane Austen .Un pueblo típicamente inglés de mediados del XIX con sus cotillas incluidas, con un subinspector, con una aspirante a detective y… bueno tendréis que leer el libro para saber quién es el asesino.
No penséis que Jane Kelder se ha olvidado de la historia de amor o que queda descuidada por querer ocultar al asesino, nada más lejos de la realidad, Elizabeth la protagonista femenina lleva al lector por el camino de la amargura y la risa cómplice, en algunos momentos uno querría poder meter las manos en el libro y zarandearla pero claro nosotros gozamos de información privilegiada que ella desconoce o no quiere conocer…Respecto a Dankworth, el protagonista masculino, me declaro enamorada, me encanta, desde las primeras páginas hasta el final y no puedo entender a la cabezota de Elizabeth, cuándo leas el libro amigo lector me dirás si coincides conmigo.
La prosa de este libro está tan cuidada como en todas las obras de la autora, los diálogos han mejorado con respecto a los libros anteriores y las interacciones entre los dos enamorados son magníficas.
Podría contaros más cosas de Adagio en primavera pero dejaré que cada uno de vosotros descubra a los personajes y las pequeñas historias que encierran en sus hogares. Obviamente muy recomendable y deseando leer el cuarto libro de la autora."
Aquí os la dejo:
" Buenas tardes, hoy me gustaría compartir con vosotros mi reseña de Adagio en primavera de Jane Kelder.
SINOPSIS:
En el pintoresco pueblo de Horston la muerte de la nueva mujer del alcalde perturba el sosiego cotidiano y desvela viejos secretos de sus habitantes, mezclados con las eternas pasiones del amor, la venganza y la ambición.
En 1866, un idílico pueblo del sur inglés verá perturbada su tranquilidad tras el asesinato de la mujer del alcalde. Ese hecho coincide con el derrumbe de las acciones del ferrocarril y varias familias se esforzarán en ocultar su situación económica al resto de vecinos.
En este ambiente turbio y en el que todo el mundo sospecha de todo el mundo, Dankworth se enamora de Elizabeth Holstead, la hija de un hombre que le debe mucho dinero. Pero esa misma deuda hará que ella lo aborrezca y lo vea como un enemigo.
Mientras, el subinspector encargado de investigar el asesinato nos presentará uno a uno a los sospechosos del crimen e iremos conociendo mejor a los habitantes de un pueblo que, hasta ahora, había vivido tranquilo y orgulloso del coro que dirige el coadjutor de la vicaría.
¿Podrá el amor triunfar entre tantas sospechas y comentarios perniciosos?
OPINIÓN PERSONAL:
De nuevo os presento un libro de Jane Kelder y nuevamente estoy encantada, ésta es la tercera novela victoriana publicada de la autora, todas son distintas entre sí, tanto en el contexto histórico específico, en los personajes, en los lugares en los que se desarrollan y lo más importante en las historias de amor. Sin lugar a dudas Jane está abriéndose camino en el mundo de las letras, no lo tiene fácil porque su literatura no es comercial aunque está bellamente escrita, entretiene, divierte y además tiene una ambientación histórica muy detallista y magníficamente integrada, yo confío en su pluma y en nosotros los lectores que haremos de ella una escritora conocida.
Adagio de primavera nos traslada a un pueblo inglés y allí encontraremos todos los tópicos y típicos personajes que esperamos encontrar, escandalizados y revolucionados por un asesinato y por el derrumbe de las acciones del ferrocarril. A través de ágiles y cuidados diálogos vamos conociendo a todos los habitantes quién más y quién menos guarda sus secretos, todos y ninguno son sospechosos para el lector y para el investigador del caso. ¿Cómo podría definirlo? Imaginad que Miss Marple hace un viaje en el tiempo y se traslada a un libro de Jane Austen .Un pueblo típicamente inglés de mediados del XIX con sus cotillas incluidas, con un subinspector, con una aspirante a detective y… bueno tendréis que leer el libro para saber quién es el asesino.
No penséis que Jane Kelder se ha olvidado de la historia de amor o que queda descuidada por querer ocultar al asesino, nada más lejos de la realidad, Elizabeth la protagonista femenina lleva al lector por el camino de la amargura y la risa cómplice, en algunos momentos uno querría poder meter las manos en el libro y zarandearla pero claro nosotros gozamos de información privilegiada que ella desconoce o no quiere conocer…Respecto a Dankworth, el protagonista masculino, me declaro enamorada, me encanta, desde las primeras páginas hasta el final y no puedo entender a la cabezota de Elizabeth, cuándo leas el libro amigo lector me dirás si coincides conmigo.
La prosa de este libro está tan cuidada como en todas las obras de la autora, los diálogos han mejorado con respecto a los libros anteriores y las interacciones entre los dos enamorados son magníficas.
Podría contaros más cosas de Adagio en primavera pero dejaré que cada uno de vosotros descubra a los personajes y las pequeñas historias que encierran en sus hogares. Obviamente muy recomendable y deseando leer el cuarto libro de la autora."
martes, 20 de octubre de 2015
LA CRISIS ECONÓMICA DE 1866.
La
acción de Adagio en primavera está
situada en 1866, coincidiendo con la crisis económica, de carácter mundial, que
en aquellos momentos se produjo. El estallido de la burbuja del ferrocarril
hizo estragos entre los accionistas y provocó la quiebra del Overend &
Gurney Company.
El
banco Overend & Gurney Company había sido fundado a principios del siglo
XIX. Desde el primer momento, una de las bases de su negocio fue el de la
compraventa de letras de cambio con un descuento y se expandió rápidamente,
llegando a doblar la facturación de sus competidores. No solo sobrevivió a la
crisis de 1825, sino que llegó a prestar dinero a otros bancos y se ganó la
fama de ser “el banquero de banqueros”.
Tras
la muerte de Samuel Gurney, en 1856, descuidó su liquidez a favor de la
inversión, apostando sobre todo por la compra de acciones del ferrocarril, cuyo
valor, en aquellos momentos, no cesaba de aumentar.
Sin
embargo, las acciones del ferrocarril se fueron hinchando hasta convertirse en
burbuja y, cuando estalló, muchos de sus inversores quebraron. Este hecho no
afectó solamente a Inglaterra, también al resto de Europa y a América, pues el
ferrocarril se hallaba de expansión por todo el mundo para facilitar el
comercio.
El
Overend & Gurney Company tuvo que solicitar ayuda al Banco de Inglaterra,
pero le fue denegada. El 10 de mayo de 1866 se suspendieron los pagos y al día
siguiente el pánico se extendió a través de Londres por las grandes ciudades de
Inglaterra y las familias que tenían allí sus depósitos, no podían retirar sus
ahorros y vieron perder su dinero y esperanzas.
El banco entró en liquidación en junio de 1866.
Se
descubrió que los directores de la compañía habían hecho fraude en la
publicidad en la que ofertaban sus acciones en el prospecto de 1865 y fueron
juzgados en Old Bailey. Sin embargo, el Presidente del Tribunal Supremo, sir
Alexander Cockburn, dijo que solo eran culpables de un grave error, no de
conducta criminal, y el jurado los absolvió. En cambio, condenó al asesor.
domingo, 18 de octubre de 2015
domingo, 4 de octubre de 2015
La abolición de la esclavitud.
Uno de los temas que se trata en La casa de las flores
muertas es el de la esclavitud. En 1802, Michael Tash está desilusionado con un
Napoleón que había partido de los ideales ilustrados y ahora los estaba
traicionando. Entre otros, el principio de igualdad nada tenía que ver con su
reposición de la esclavitud.
Antes de la Revolución Francesa,
Marqués Pombal había abolido la esclavitud en Portugal y en las colonias de la
India en 1761, pero no en las colonias portuguesas de América.
Francia,
en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en 1794, declaró
la abolición de la esclavitud, pero en el Nuevo Continente ya habían comenzado revueltas
en distintos lugares, aunque solo triunfó en Saint-Domingue en 1791. No era la
primera vez que los esclavos se rebelaban, pero esta vez, encabezados por
Toussaint Louverture y Jean-Jacques Dessalines, y apoyados por los hougan (hechiceros
o sacerdotes vudús), los esclavos tomaron las armas y se levantaron contra los
franceses hasta conseguir la victoria.
Aunque
el gobierno francés de 1792 les concedió la ciudadanía a aquellos hombres de
color, la libertad estaría más lejos de lo que esperaban. Tal pronunciamiento
generó una oposición en los blancos burgueses y blancos artesanos de la isla,
quienes tuvieron que aceptar, en 1794, la decisión de la abolición de la
esclavitud en las colonias francesas.
El general
negro Toussaint Louverture, que durante las guerras entre Gran Bretaña, España
y Francia participó en los bandos españoles y luego en los franceses con el fin
de expulsar a los británicos de la isla, vio su objetivo de libertar a los
esclavos cada vez más lejano. Tras varias batallas y estrategias militares para
la expulsión de los británicos de la isla, esto se logró a mediados de 1798.
Pero las hostilidades entre los mulatos y los esclavos continuaron y Napoleón
traicionó sus ideales ilustrados y quiso intervenir para no perder la mano de
obra barata que le reportaban los esclavos. Jean Jacques Dessalines y Henri
Christophe se unieron a Louverture contra las tropas francesas que el Emperador
francés envió en 1802. Pero el ejército enviado desde Francia y comandado por el
general Charles-Victor-Emmanuel Leclerc
reconquistó la isla para los franceses y Louverture fue capturado y en
1802, enviado a Francia y enjuiciado por Napoleón.
Al morir
Louverture en Besanson en 1803, su lugar como general de las tropas rebeldes
esclavistas lo tomó Dessalines, quien derrotó a los franceses en la sangrienta
batalla de Vertieres y proclamó la independencia de Haití el primero de enero
de 1804.
Tras esta derrota, Napoleón lanzó una
campaña militar para exterminar a toda la población negra de sus colonias
americanas de más de 12 años y traer en su lugar nuevos esclavos provenientes
de África, más dóciles y sin la conciencia de que la libertad es posible.
Gran
Bretaña, junto con Portugal, prohibió la trata de esclavos a principios del
siglo XIX, pero no fue hasta 1854 que fue abolida en todas las colonias
británicas y, en 1869, en las portuguesas. Ya sabemos que en las españolas no
ocurriría hasta décadas después.
No
puedo cerrar esta entrada sin recomendar el primer libro que escribió Víctor
Hugo, Bug Jargal, en la que narra el amor de un esclavo negro hacia una
francesa blanca con los levantamientos esclavistas de fondo.
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